Acabo de hacer un corto
cursillo, cinco sesiones, de cocina de verano. No estuvo mal, pero hubo algunos
problemas con las profesoras por cuestión de disponibilidad.
No obstante se hicieron y
aprendí varias recetas interesantes, la mayoría de cocina sencilla y de verano.
Varias ensaladas, unos postres y algún otro plato. Poco a poco las iré haciendo
en casa y las pondré aquí en el blog.
La primera que pongo es un
pastel frío de piña que no necesita horno y con unos ingredientes al alcance de
todos. Como verán es una combinación original, pues partimos de material ya
preparado: piña en almíbar y sobaos más un líquido para cuajar el conjunto a base
del almíbar de la piña, nata y gelatina en polvo.
Yo utilicé un molde de plumcake,
pero se puede utilizar cualquier molde, cuadrado o rectangular de paredes
altas. Supongo que también se podría utilizar un molde redondo, pero eso nos obligaría
a recortar los sobaos para que ocupasen todo el espacio. Deberán adaptar las
cantidades al tamaño del molde.
La gelatina debería ser de
piña, pero a veces cuesta encontrarla, la que usé es de la casa Royal y ya digo
que no siempre la encuentras. Se puede sustituir por una de limón aunque
cambiará un poco el gusto. No usen de fresa o similar porqué daría un color no
agradable.
Pocas recomendaciones más,
pues verán su sencillez. Así que háganlo y disfrutarán, a pesar de los
ingredientes no queda empalagoso.
Nada más, les dejo la
receta que no requiere gran explicación, así que comencemos y recuerden:
vigilen su alimentación.
INGREDIENTES:
Para un molde de
plumcake de 25x11x7 cm (6 porciones)
- 1 bote de piña en almíbar (9 rodajas)
- 24 sobaos (Los compré en el Carrefour)
- 400 ml de nata (35% MG)
- 1 sobre gelatina de piña (Usé Royal)
- Caramelo líquido
PREPARACIÓN:
Primero de todo preparamos el molde. Ponemos una capa de caramelo líquido en el fondo, untamos ligeramente con aceite las paredes del molde. De esta forma se facilita el desmoldeo, usen un aceite suave que no de mucho gusto a la preparación.
Usaremos
sólo 6 rodajas de piña (Al menos en mi caso). Las partimos por la mitad y
ponemos una capa de medias rodajas y encima otra capa en sentido contrario.
Empezamos
a rellenar el molde con los sobaos, yo utilicé 24 poniéndolos en capas, como no
ocupaban todo el ancho cortaba alguno en trozos para ir rellenando los huecos.
Vamos poniendo capas hasta llenar el molde.
En
una cazuela pequeña ponemos a calentar la nata, el almíbar de la lata y el
sobre de gelatina. Vamos calentando hasta conseguir disolver la gelatina. No
debe llegar a hervir nunca.
Vertemos
cuidadosamente la mezcla en el molde para que se empape bien todo.
Dejamos
enfriar hasta temperatura ambiente y lo metemos en la nevera toda la noche para
que cuaje bien la gelatina.
Al
día siguiente damos la vuelta al molde sobre una bandeja y debería desmoldarse
con facilidad con unas pequeñas sacudidas, si no lo hiciera pasen un cuchillo
muy fino por los laterales y repitan la operación.
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